Un blanqueamiento dental siempre tiene que realizarse bajo la supervisión de un profesional y seguir sus consejos. Aunque es un tratamiento estético, si no se realiza correctamente, puede tener consecuencias negativas para la salud bucodental del paciente.
Antes de empezar el tratamiento, es importante que un odontólogo realice un diagnóstico para confirmar que no existe riesgo, por ejemplo, para las encías. Los blanqueamientos deben realizarse únicamente en bocas sanas y sin caries para evitar que el producto se filtre o que aumente la sensibilidad dental. Además, se suele recomendar una limpieza dental previa para eliminar las manchas superficiales y el sarro y aumentar la efectividad del producto. En nuestras clínicas dentales José Luis Mejía de Madrid, Toledo, Belmonte de Tajo y Villafranca de los Caballeros ofrecemos soluciones personalizadas y a medida.
Los blanqueamientos dentales permiten aclarar el esmalte original entre unos cinco y siete tonos. De esta forma, los dientes presentan un aspecto más blanco y brillante. Para ello, se aplica un producto químico que modifica la dentina, la parte del diente que determina el color, sin dañar el diente.
A la larga, los dientes tienden a oscurecerse de nuevo y la duración del blanqueamiento dependerá de los hábitos bucodentales y la higiene de cada paciente. En algunas personas suele durar varios años. La durabilidad del tratamiento puede alargarse siguiente unos sencillos consejos
Consejos a tener en cuenta después de un blanqueamiento dental
- Tras un blanqueamiento dental, sobre todo los primeros días, es importante no consumir alimentos o bebidas que puedan teñir los dientes. Hay que evitar, por ejemplo, el café, el té, los frutos rojos, los colorantes, la remolacha o el vino.
- Se recomienda que durante unos días tampoco se consuman alimentos muy fríos porque aumenta la sensibilidad dental.
- Si usas enjuagues bucales, procura que no tengan color.
- No fumes, sobre todo, durante los primeros días.
- Mantén una higiene diaria adecuada.
- Visita a tu dentista al menos una vez al año para revisar tu boca y que valore si necesitas mantenimiento o limpiezas adicionales.