¿Para qué sirve la ortodoncia funcional y a qué edades está recomendada?
A veces, el crecimiento de los huesos maxilares y de la mandíbula no van a la par, o dejan poco espacio para los dientes, o demasiado. A veces la oclusión, o mordida, no es correcta y eso generará desgaste y otros problemas.
Y otras veces son hábitos anómalos que los interfieren en el correcto crecimiento de la cara y la boca: chuparse el dedo, una posición incorrecta de la lengua al tragar, respiración oral…
La ortodoncia funcional es un conjunto de aparatos ortopédicos diseñados para anular y corregir estos problemas ejerciendo las presiones adecuadas en las direcciones correctas. Con ella podemos
- Frenar o estimular el crecimiento del hueso.
- Ampliar espacio o ajustarlo.
- Fortalecer la musculatura facial.
- Corregir los malos hábitos orales.
- Y, en definitiva, construirle el ecosistema ideal para una sonrisa perfecta.
La etapa óptima para que una ortodoncia funcional proporcione los resultados más espectaculares es entre los 7 y los 11 años.
Un aparato para cada sonrisa: tipos de ortodoncia funcional
Según el caso de cada paciente, podemos utilizar dos tipos de aparatos funcionales:
Ortodoncia funcional fija
Va cementada sobre la dentadura, sobre unas bandas colocadas en los molares o sobre los mismos dientes. Sobre todo, se utilizan para expandir el hueso y los alveolos dentales, o evitar la pérdida de espacio si se ha perdido un diente prematuramente.
Ortodoncia funcional removible
Unos aparatos que el niño o niña podrá quitarse y ponerse cuando toque, para estimular o frenar el crecimiento de los maxilares, o para dirigir ese crecimiento hacia la posición adecuada.